Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
El pimentón es el polvo del pimiento rojo (Capsicum annuum) una vez que éste se ha desecado y molido. Pertenece a la familia de las solanáceas y la variedad que habitualmente usamos para cocinar es el pimentón dulce, que aporta a los platos un buen aroma frágil.
Por otro lado, el pimentón picante se utiliza habitualmente en los productos de chacinería como el chorizo, la sobrasada y los adobo de multitud de carnes y pescados. La importancia de esta especia como conservante de las chacinas fue tan grande en el pasado que se le llegó a llamar «oro rojo». Desde el punto de vista nutricional debemos tener en cuenta que lo consumimos en muy pequeñas cantidades en nuestra dieta, no obstante, aporta más de 300 calorías por cada 100 gramos, fundamentalmente a través de los hidratos de carbono (35 gramos), de las proteínas (14 gramos) y grasas (13 gramos), sin embargo, el aporte de colesterol es nulo. Con respecto a los minerales destacan el calcio (180 mg), el magnesio (190 mg) y el potasio (2300 mg). Pero sin duda lo que sorprende es su contenido en hierro muy superior a carnes y pescados con más de 20mg. No obstante, al ser un hierro ‘no hemo’, su biodisponibilidad es inferior a la que tiene el hierro ‘hemo’ de los alimentos de origen animal. En relación a las vitaminas, hay que fijarse en las que corresponden al grupo B como la B1, B2 y B6. Lo que más destaca es la presencia de carotenos con sus propiedades beneficiosas sobre los diferentes epitelios que tenemos en nuestro organismo. Además, el elevado contenido de vitamina K hace que el pimentón sea beneficioso para una correcta coagulación de la sangre. Este alimento también es beneficioso para el metabolismo de los huesos. Por tanto, el consumo de pimento no solo nos aporta color a la comida, sino también hierro, vitamina K y carotenos.