Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
La quinoa no es un cereal. Más bien un pseudocereal porque botánicamente no pertenece a esa familia. No obstante su aspecto y formas de consumo son similares a las de un cereal.
La quinoa (Chenopodium quinoa) es una especia cercana a la espinaca. En 1996, las propiedades nutricionales de la quinoa hicieron que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) la clasificase como un cultivo prometedor y la catalogara como “súper alimento” por su elevado valor nutricional. Y es que precisamente, desde este punto de vista podemos señalar que aporta alrededor de 300 calorías por 100 gramos, una cantidad ligeramente inferior al trigo y el arroz. La cantidad de proteínas varía según la variedad. Por lo tanto, puede oscilar entre un 10% y un 17% y esto significa que tiene más proteínas que otros cereales (arroz 8%, trigo 9% y maíz 9,4%). A diferencia de los mencionados, la quinoa contiene una proteína completa de alto valor biológico que aporta todos los aminoácidos esenciales y no esenciales. Asimismo, no contiene gluten por lo que puede incluirse en la dieta de los pacientes celiacos. Por todo esto, la calidad y cantidad de sus proteínas la convierten en un alimento muy utilizado en las dietas veganas. Su contenido en grasas es bajo, entorno al 5,5% y de de ahí la mitad es grasa poliinsaturada, aportando sobre todo omega 6 (ácido linoleico) y, en menor proporción, omega 3 (ácido linolénico). Contiene un aporte importante de hidratos de carbono y la mayoría de su fibra que es casi de 9 gramos por cada 100, es insoluble, siendo una de sus principales propiedades nutricionales. La quinoa es una fuente de vitaminas, hierro, magnesio, zinc y potasio. Su consumo es ideal para vegetarianos por sus calorías y proteínas de muy alto valor biológico.