Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Este alimento es el fruto del árbol del mismo nombre y es un producto muy utilizado en Asia y Latinoamericana. Cabe señalar que el tamarindo es un fruto originario de África cuya producción y consumo se extendió por la India.
El fruto del tamarindo posee una vaina rígida donde se encuentra su pulpa rodeada de unos hilos no comestibles. Además, se observan unos huesos en su interior parecidos a los de las aceitunas. Desde el punto de vista nutricional, podemos decir que se trata de un alimento rico en calorías, como todos los frutos secos, al presentar un bajo contenido en agua, menos del 30%, y una alto contenido en hidratos de carbono (119 gramos) casi la mitad de ellos azucares. El aporte de proteínas es bajo, de 2,8 gramos, y el de grasas mucho menor, de 0,6 gramos, siendo la mitad grasas saturadas, con un cantidad nula de colesterol. Este fruto es una gran fuente de carotenos, vitamina C y vitamina B3, además de tener un alto contenido en fibra, más de 5 gramos por 100 de producto. Con respecto a los minerales destacan fundamentalmente el potasio, el fósforo, el magnesio y el calcio, por este orden. Todos estos elementos que nos ayudan a mantener la salud osteomuscular. Pero por otro lado, encontramos más elementos interesantes para nuestra salud que contiene el tamarindo como es el caso del ácido acético (el acido del vinagre), que controla algunas infecciones por hongos. Para resumir, podemos señalar que estamos ante un alimento que aporta mucha energía en forma de azucares, así como vitaminas antioxidantes y fibra. EL consumo habitual del tamarindo se hace en forma de pulpa, salsas, helados y mermeladas, pero también es habitual poder degustarlo en forma de zumo o deliciosas infusiones.