Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
El término borraja procede del árabe ‘bu-araq’, que se traduce como, sudorífico. Precisamente, este nombre responde a la propiedad de esta planta de producir sudor. La Borraja se caracteriza por ser un vegetal muy resistente, cubierta de pelos coriáceos blanquecinos, hojas frágiles y que suele llegar a medir unos 50 centímetros.
Su olor, pero también su sabor, es muy similar al que nos podríamos encontrar si comemos un pepino. Esta verdura es utilizada en Francia e Italia, donde se consume habitualmente. Por otro lado, desde el punto de vista nutricional, cabe destacar que prácticamente el 95% de su composición es agua. Además, su aporte de calorías está en índices muy bajos, tan solo 25 calorías por 100 gramos, a expensas del aporte de hidratos de carbono 3,1 gramos, de proteínas 1,8 gramos y de grasas 0,7 gramos. La mayor parte del aporte de estas grasas son monoinsaturadas y polinsaturadas, con un contenido nulo de colesterol. Esta presencia de poca cantidad de grasa y nula de colesterol, junto al aporte de ácido gama linoleico (polinsaturado) produce una importante disminución de los niveles de colesterol sanguíneos. La cantidad de fibra que aporta está en torno a un gramo por cada cien. Además, aporta nutrientes astringentes, como son los taninos. El aporte de minerales se basa fundamentalmente en el potasio, calcio magnesio y fosforo. Y en cuanto al aporte de vitaminas es mayoritario en forma de carotenos, importantes para nuestras mucosas y piel. También contiene vitamina C sobre todo en las hojas, que se comporta como un antioxidante. Por tanto, podemos decir que la borraja es un alimento con muy bajo aporte calórico, con unas grasas cardiosaludables, muy rico en carotenos y vitamina C.