Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Desde que las patatas se importaron de Latinoamérica se han convertido en un alimento esencial de la dieta a nivel mundial. La patata ha sido una buena fuente de calorías en las épocas de hambrunas, aporta casi 90 calorías por cada 100 gramos, es decir aproximadamente 1 cal por gramo de producto.
Es una relación muy interesante a la hora de buscar una fuente barata y rápida de calorías. Este aporte se debe fundamentalmente a los hidratos de carbono (18 gramos/100 gramos), con un mínimo contenido de grasas (0,2 gramos/100 gramos) y proteínas (2,5 gramos/100 gramos), sin olvidarnos que casi un 80% de su contenido es agua.
Teniendo en cuenta que al incluir la patata en nuestra dieta lo hacemos en unas cantidades por comida que suelen oscilar de media entre 140-200 gramos por ración, el aporte final de minerales y vitaminas que incorpora este alimento en nuestra dieta es muy interesante. De este modo, el consumo medio de 180 gramos de patata, aporta unos 20 mg de vitamina C, que son el equivalente a 1/3 de las necesidades diarias de esta vitamina de un adulto.
Por otra parte, las patatas contienen una cantidad significativa de potasio (540 mg/100 gramos) que es esencial para la transmisión de las señales nerviosas y el buen funcionamiento muscular. Además, el aporte de sodio es mínimo (7 mg/100 gramos), por ello se convierte en un buen alimento para los pacientes con hipertensión, ya que el potasio baja los niveles tensionales, a diferencia del sodio.
No obstante, todas estas propiedades nutricionales pueden variar en función de la forma de cocinar las patatas. En resumen, estamos ante un alimento rico en energía y que por su amplio consumo es una fuente interesante en nuestra dieta de potasio y vitamina C.