Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Las coles de Bruselas pertenecen a la gran familia de las crucíferas, realmente es una variedad moderna de la Brassica oleracea. Existen numerosas variedades que se clasifican en dos grupos: estándar o híbridas.
Las primeras son coles más grandes y de mejor sabor y, sin embargo, las variedades híbridas presentan como ventajas que son más uniformes y de mayor conservación. A pesar de ser una verdura, presenta un aporte calórico importante, alcanzando casi las 200 calorías por 100 gramos, proviniendo de los hidratos de carbono (4 gramos), de las grasas 1,5 gramos y de las proteínas 3,5 gramos, estas últimas de bajo valor biológico. Su contenido en agua es elevado, alcanzando casi un 90% de su peso total. El contenido de fibra, también es importante de casi 4 gramos por 100, produciendo un buen efecto saciante y modulando el tránsito intestinal. Dentro de los micronutrientes, esta verdura es la que más vitamina C aporta, alcanzando los 100 mg por 100 gramos, de este modo consumiendo 3 pequeñas coles de Bruselas de 20 gramos cada una ingeriríamos el 100% de las necesidades de vitamina C que precisamos diariamente. También son una fuente interesante de folatos (90 ug) y en menor proporción, de beta-caroteno y vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6). Entre los minerales destaca la presencia de potasio (370 mg), siendo el resto de minerales menos importantes. Como otras verduras del mismo género, las coles son ricas en fitoquímicos (glucosinolatos, isotiocianatos e índoles). Éstos compuestos contribuyen a la prevención de algunas enfermedades degenerativas. Por otra parte estos compuestos azufrados (dimetilsulfuro, trimetilsulfuro, etc) son responsables del fuerte olor que se produce durante la cocción de esta verdura. Es una verdura con un aporte calórico importante y de antioxidantes como la vitamina C.