Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
E l garbanzo (Cicer arietinum) es una leguminosa de origen en la región de Turquia y de amplia difusión en el área del mediterráneo. De esta leguminosa se han desarrollado variedades autóctonas en España como son: Fardón, Puchero, Alcazaba, Bujeo, Fuentesaúco, Pedrosillano, Blanco andaluz.
Desde el punto de vista nutricional, la cantidad de agua en esta leguminosa es escasa. Al ser un alimento tan concentrado, su aporte energético es importante con 350 kcal por 100 gramos. En parte, es debido a los hidratos de carbono (55 gramos por 100 gramos) y de grasas (5 gramos por 100 gramos), superior estas últimas a las de otras leguminosas como la lenteja y las alubias. Por cierto, estas grasas mayoritariamente son monoinsaturadas y polinsaturadas al 50%, es decir, grasas cardiosaludables. Si a esto le añadimos que el aporte de colesterol es de 0 mg, esta leguminosa presenta realmente un perfil graso ideal. El alto aporte de fibra la convierte en un alimento que favorece el tránsito intestinal. Además, destaca por su alto aporte en proteínas (19,4 gramos por cada 100 gramos). Sin embargo, presenta carencia de determinados aminoácidos esenciales. Por este motivo, se recomienda su consumo en forma de potajes, junto a productos derivados de carne de cerdo o cereales como el arroz, para compensar. Con respecto al aporte de micronutrientes, en el grupo de los minerales destaca la presencia de potasio (797 mg/100 gramos), de fósforo (375 mg/100 gramos) y calcio (145 mg/100 gramos). El garbanzo es una buena fuente de acido fólico (180 ug/100 gramos), alcanzando prácticamente el 100% de las recomendaciones diarias con una ración de este alimento. En resumen, el garbanzo es un alimento cardiosaludable con un magnifico perfil de grasas.