Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
«Es un alimento que puede formar parte de nuestra dieta, pero que debemos, como siempre, leer el etiquetado para valorar el aporte calórico y la calidad de los nutrientes que están presentes». El helado es un alimento que apareció en China hace aproximadamente 3000 años. Fue incorporado en nuestra dieta occidental por el comerciante y aventurero Marco Polo.
Desde este inicio (hielo picado con algún saborizante natural) hasta la actualidad, las variedades que han aparecido son múltiples, como por ejemplo helados de crema con un 7 a 10% de grasa de leche; helados de leche, con un 2,5% de grasa de leche; sorbetes, que son productos congelados compuestos de azúcar, agua, fruta; helados de fruta, con una fracción de fruta del 20%, o helados dietéticos, con bajo contenido calórico y un sinfín de variedades y sabores.
Teniendo en cuenta esta gran variedad, la composición nutricional también es amplia. Como todo alimento, su consumo moderado puede formar parte de una dieta equilibrada y sobre todo durante estos meses veraniegos. A grandes rasgos el aporte de calorías oscila entre 160 y 260 por cada 100 gramos en los helados de crema y es inferior a 40 calorías en los sorbetes. Los hidratos de carbono presentes en el helado son fundamentalmente la sacarosa o azúcar común y la glucosa o jarabe de glucosa (representando un 15% de hidratos de carbono en helados de crema o leche).
En la actualidad los helados comercializados para diabéticos incluyen edulcorantes artificiales o incluso fructosa. La grasa de los helados procede de la leche, y en helados de menor calidad nutricional puede proceder del coco y la palma. Debemos ser cuidadosos con este punto y leer los etiquetados. Los sorbetes cuya base es el agua no contienen grasa ni colesterol. La fuente proteica en este alimento también es la leche, aportando un 5-7% de proteína los helados de crema o leche. La cantidad final de proteínas en los helados puede aumentar si se añade yema de huevo, frutos secos, galletas u otras fuentes proteicas.
Con respecto al aporte de vitaminas, su contenido va a depender de la leche que contengan, aportando fundamentalmente vitaminas liposolubles (A y D) y hidrosolubles como la vitamina B2. El aporte de minerales tiene de nuevo la misma fuente, la leche, por ello los helados aportan fundamentalmente calcio y fósforo. Los sorbetes cuya base es el agua, apenas aportan minerales y vitaminas.
Por tanto, estamos ante un alimento con variadas propiedades nutricionales que puede formar parte de nuestra dieta pero que debemos, como siempre, leer el etiquetado para valorar el aporte calórico y la calidad de los nutrientes que están presentes.