Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Los berros son una hortaliza que crece de forma silvestre en aguas estancadas, en manantiales, arroyos y orillas de los ríos, siendo ampliamente conocida en nuestro medio rural.
Esta hortaliza tiene un sabor ligeramente picante, pero con un punto de dulzura, que la convierten en un manjar en cualquiera de nuestras ensaladas. Esto hace que es cada vez más frecuente encontrar berros en nuestras tiendas y supermercados. Sus hojas están compuestas de cinco o siete hojitas redondeadas, muy parecidas a las de la rúcula. El aporte calórico de esta verdura es mínimo (20 calorías por 100 gramos) ya que su contenido de agua puede alcanzar casi el 95% de su composición. Apenas aporta hidratos de carbono (0,4 gr) y grasas (1 gramo), las proteínas también son escasas (3 gramos) y de bajo valor biológico. Con respecto al aporte de minerales, destaca el potasio 230 mg por 100 gramos y el calcio 170 mg por 100 gramos, aunque este último presenta una baja absorción en nuestro intestino, al competir la fibra y otros nutrientes con él. Sin embargo, si por algo son importantes nutricionalmente los berros, es por su contenido en antioxidantes, como la vitamina C (62 mg), el beta-caroteno o pro-vitamina A (420 ug) y la vitamina E (1,5 mg). Su contenido es tan elevado, que un puñado pequeño de berros (20- 30 gramos) nos proporciona el 20% de las necesidades diarias de vitamina C para un adulto. Estas verduras también son una fuente de ácido fólico (214 ug por 100 gramos), como todas las verduras de hoja verde. Por último con respecto a su contenido en vitaminas, el berro es un alimento rico en vitamina K ya que 100 g. de esta verdura contienen 541 microgramos de vitamina K. esta vitamina, aunque sintetizada por nuestra flora bacteriana es importante su aporte al participar en los procesos de coagulación sanguínea y de salud de nuestros huesos. En resumen, estamos ante una verdura sabrosa, baja en calorías y rica en antioxidantes y acido fólico. Sus bondades nutricionales y medicinales se conocen desde la antigüedad, y ya Hipócrates refería en sus libros que los berros eran uno de los mejores estimulantes y expectorantes que existían en los botiquines naturales.