Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
L a canela se cultiva en ambientes cálidos, de ahí que su origen sea Asia y, desde allí, se haya extendido su uso a todo el mundo. Su nombre deriva del griego y significa corteza dulce. Se obtiene dejando secar la corteza que se acaba enrollando formando canillas.
Con las canillas se comercializa la canela en rama, cortándolas y formando palitos de unos centímetros. Con estas canillas también se hace la canela en polvo después de molerlas, que tiene un sabor más fuerte . Ambas deben ser almacenadas en un lugar fresco, oscuro y seco. Existen dos variedades principales de canela: En primer lugar tenemos la ‘Cinnamomum verum’ (canela original o la canela de Ceilán), que es cultivada en Sri Lanka, el sur de India, y en segundo, tenemos la ‘Cinnamomum aromaticum’, también conocida como Cassia, que se cultiva en China, Indonesia y Vietnam. Desde el punto de vista nutricional, es un alimento que ‘a priori’ no nos llamaría mucho la atención, ya que aporta menos de 45 calorías por cada 100 gramos, con un aporte de alrededor de tres gramos de proteínas y otros tantos de grasas, distribuidas prácticamente a partes iguales en monoinsaturadas, polinsaturadas y saturadas. Dentro del aporte de minerales destaca el calcio y el potasio, y dentro del grupo de las vitaminas destacan los carotenos (vit E), vitamina A y vitamina C. En la cocina se usa fundamentalmente como agente saborizante en bebidas gaseosas, té y productos de panadería (barritas de cereales, puddings, pasteles, tartas, etc.). En ocasiones, se añade la canela a la harina de avena, al pan tostado, a los dulces, al chocolate caliente, al té o al café, incluso a veces a los chicles. Es también un ingrediente en muchas fórmulas medicinales para mejorar el sabor y el aroma de la medicina. Además, la canela se utiliza en la industria de la perfumería. A nivel medicinal se han realizado diversos estudios en el área de oncología, mostrando como inhibe en experimentos ‘in vitro’ el crecimiento tumoral, debido a la presencia de de procianidinas y de eugenol. La canela puede ser también utilizada como un conservante de alimentos para inhibir el crecimiento de las bacterias comunes. Por último, también existen trabajos que muestran un efecto beneficioso sobre la diabetes al mejorar la sensibilidad a la insulina.