Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
La mora es el fruto de la zarzamora, un arbusto de la familia de las Rosáceas, como la ciruela (una planta sarmentosa y espinosa que es del género Rubus), o de los árboles llamados moreras y morales (del género Morus).
Esta fruta tan de nuestros campos es originaria de Asia y Europa y podemos disfrutar de ella en estado silvestre en los márgenes de nuestros caminos. Esta fruta está constituida por pequeñas drupas o granos que se agrupan entre sí. La mora presenta un aporte escaso de calorías (25 calorías por 100 gramos), debido a su elevado contenido en agua (87%) y su bajo aporte en hidratos de carbono (5 gramos por 100), siendo prácticamente nulo su contenido en grasa y proteínas. Uno de sus nutrientes más importantes es la fibra, alcanzando valores superiores a 6 gramos por 100. Lo más importante desde el punto de vista nutricional es su contenido en vitaminas hidrosolubles. Las moras son un alimento rico en vitamina C (15 mg por cada 100 gramos), por otra parte en algunas variedades de moras estas cantidades de vitamina C son mayores que las presentes en algunos cítricos. Esta vitamina tiene una acción antioxidante y participa en la producción de colágeno, una de nuestras proteínas cicatrizantes. Esta fruta es una fuente también importante de pigmentos naturales, como los antocianos y los carotenoides, que unido a la vitamina C presentan una importante acción antioxidante. Con respecto al aporte de minerales, destaca el contenido en potasio, hierro y calcio, no obstante estos dos últimos, como sucede en los alimentos de origen vegetal, se absorben mal en nuestro intestino. En resumen, la mora se caracteriza por tener un bajo aporte calórico, con un alto contenido en fibra y con un aporte muy elevado de antioxidantes como la vitamina C y pigmentos naturales.