Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Pertenece a la familia de las crucíferas, junto con la col y el brócoli. La berza, aporta muy pocas calorías debido a su elevado contenido en agua (90%), lo que la convierten en un alimento con baja densidad energética. Con respecto a los macronutrientes, aporta menos de cuatro gramos de hidratos de carbono y otros cuatro de azucares por cada 100 gramos.
La presencia grasa es testimonial, 0,3 gramos por 100 y las proteínas apenas alcanzan los 3 gramos por 100. La fibra representa uno de sus nutrientes más importantes, hasta alcanzar casi los cuatro gramos por 100. De esta forma, ayuda a regular el ritmo intestinal. Por cierto, una de las características nutricionales más interesante y a la vez sorprendente de la berza es su contenido en vitaminas. Es muy importante la vitamina K (100 gramos de berza aportarían el 100% de nuestros requerimientos diarios) y la vitamina A (100 gramos aportarían un tercio de las recomendaciones diarias). Ambas son fundamentales, respectivamente, para mantener una correcta coagulación y huesos fuertes, así como una correcta visión y funcionalidad de las mucosas. En relación a la vitamina C (65 mg por 100), su presencia es superior a la de los alimentos que todos clasificamos como ricos en este antioxidante natural, como las fresas o frambuesas. La berza también aporta cantidades importantes de folato, vitamina B6 y riboflavina. Dentro de los minerales, destacan por orden de importancia el manganeso, el magnesio y el hierro. En trabajos de investigación se ha relacionado el consumo regular de berza con disminuciones del colesterol en sangre y con propiedades antitumorales. En resumen, estamos ante una hortaliza rica en fibra y antioxidante naturales que regula los niveles de colesterol y puede prevenir el desarrollo de tumores.