Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
La zanahoria es una hortaliza procedente del área mediterránea. Como buen vegetal, su principal componente es el agua, representando casi el 90% de su composición. En el apartado de los macronutrientes los más abundantes son los carbohidratos con casi 8 por cada 100 gramos.
El aporte de fibra es muy importante alcanzando casi 3 gramos por 100 gramos. Además de su cantidad es importante su calidad, ya que destaca la presencia de fibra soluble como es la pectina, convirtiendo a esta hortaliza en un alimento interesante para tratar los episodios de diarrea por su poder astringente.
Con respecto a los minerales, es importante su aporte de potasio, calcio, fósforo y yodo. Pero por lo que verdaderamente destaca la zanahoria es por su alto contenido en beta carotenos o precursores de la vitamina A (aportando casi 1.400 ug/100 gramos). Precisamente, por lo anteriormente mencionado, es muy recomendado para la protección de la piel de agresiones solares que generan los radicales libres. Asimismo, la zanahoria es muy importantes para la vista, para mantener el funcionamiento de la retina. También presenta una importante cantidad de vitamina E y algunas vitaminas del complejo B, especialmente la B3 o niacina, y ácido fólico. Por su contenido en estas vitaminas antioxidantes, se recomienda consumirla regularmente para prevenir y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y tumorales.
Su contenido en ácido fólico, hace que sean útiles para prevenir ciertos tipos de anemias, reducir el riesgo de espina bífida durante el embarazo y el riesgo cardiovascular. Por tanto, esta hortaliza presenta importantes beneficios a nivel cutáneo, cardiovascular y visual, con un aporte elevado de fibra saludable para nuestro intestino.