Daniel de Luis
Jefe del Servicio del Clínico de Valladolid
Centro de Investigación de Endocrinología y Nutrición
Los piñones son unos frutos secos muy típicos de nuestra zona, que además han sido utilizados ancestralmente en la cocina y en especial en diferentes postres. Por otra parte, el piñón es tan nuestro que no precisa de un cultivo especifico previo, lo tenemos en nuestros pinares de Castilla, a través del pino piñonero ampliamente distribuido en toda nuestra geografía nacional y en Portugal.
A pesar de ser tan cotidiano, el consumidor puede tomar tranquilo este fruto seco, ya que su proceso de obtención está sometido a los requisitos de trazabilidad que figuran en el Reglamento (CE) no 178/2002. Si analizamos su aporte nutricional, de manera similar a todos los frutos secos, es una buena fuente de calorías (700 calorías por 100 gramos), esta situación es debida a la baja cantidad de agua en su composición, siendo una alimento concentrado. Como promedio presenta menos de un 12% de agua y un elevado aporte de grasas 70 gramos por 100, de ahí el aporte calórico.
Con respecto a este aporte de grasas, son de buena calidad, ya que casi dos tercios son poliinsaturadas y en segundo lugar monoinsaturadas, por tanto presentan un beneficio cardiovascular importante. El aporte de hidratos de carbono es bajo, 8 o 9 gramos por 100, siendo el aporte de proteínas considerable (14 gramos por 100), no obstante como todas las proteínas de origen vegetal son de bajo valor biológico.
El mineral que más aporta es el potasio, seguido del fósforo, magnesio y en menor medida el calcio. En cuanto a las vitaminas, es una buena fuente de vitamina E (14 mg por 100), que ayuda a mejorar el perfil graso del alimento, al ser un potente agente antioxidante. En resumen, este fruto seco tan nuestro, es una buena fuente de energía, grasas cardiosaludables y vitamina E para nuestra dieta mediterránea.