Es frecuente que las personas mayores padezcan varias enfermedades crónicas a la vez y no es extraño que influyan en su estado nutricional, como la diabetes, insuficiencia cardiaca, insuficiencia respiratoria, hipertensión arterial, osteoporosis, colelitiasis, demencia y depresión, que son lasmás habituales.
Y además están las enfermedades del aparato digestivo que pueden interferir en la absorción de los nutrientes o que producen anorexia. Cuanto mayor es el número de enfermedades que padece una persona, mayor es su probabilidad de padecer alteraciones nutricionales tanto por la enfermedad en sí como por los tratamientos recibidos. A esto hay que añadir sus dificultades para deglutir a estas edades.
Fuente: El Norte de Catilla 25.Sep.17